PETER HANDKE: ¿SUGERENCIAS DESDE UNA NARRATIVA ANTI-TRAGICA?
PETER HANDKE:
¿SUGERENCIAS DESDE UNA NARRATIVA ANTI-TRAGICA?
Vicente Huici Urmeneta
1.- El registro trágico.
El registro trágico
es una de las formas discursivas de representación de la realidad más importantes de la cultura occidental.
Dicho registro tiene su origen en el
drama griego y en el relato de investigación o Historia ( ´istorie ) ,
sumandose más tarde la tradición narrativa judeo-cristiana. Posteriormente el
registro trágico se manifestó en el
relato novelístico [1] y , finalmente ,
en el cinematográfico.
En este contexto una de las formalizaciones típicas de la
modernidad fue la construcción de las denominadas " novelas de
aprendizaje" ( Bildungsroman ). En tales novelas el registro
trágico ordenaba las etapas de la vida de un individuo -- la configuración de
un yo -- desde su niñez hasta su madurez, articulándolas en variables psicológicas, económicas ,
políticas y sociales. Tal es el caso del ciclo
de Wilhem Meister de Goethe, de Rojo y Negro de Stendhal, de La Educación sentimental de Flaubert o de Las tribulaciones del estudiante Törless de Musil.
Estructuralmente el registro trágico supone el emplazamiento de unos protagonistas
y unos antagonistas de cara a la acción
que se representa. Así mismo se formula desde un dispositivo que , en
diferentes " actos" , desarrolla los denominados "
planteamiento" , " nudo " y " "desenlace". La
pragmática del registro trágico apunta, por fin, a la creación de un " efecto de sentido
" , como cualquier otro género de representación, pero con la peculiaridad
de que en este caso se suelen exaltar
las figuras individuales en el seno de una comunidad -- familia, profesión o
patria -- que legitima o sanciona sus avatares.
Las potencialidades
del registro trágico ya fueron expuestas
tanto por Aristóteles como por Nietzsche. Para el primero el registro
trágico opera como un gran dinamizador de catarsis en las que los seres humanos purgan
sus errores y se ven , al cabo , salvados por un efecto de sentido que
ubica sus acciones en una dimensión apriorística y trascendente como la Ley o
la Historia. Lo trágico apartaría así del sin sentido. Para el segundo, lo
trágico es la representación más verídica de la realidad humana y ayuda
justamente a mantener la tensión de la vida generando un efecto tonificante
para quienes son capaces de asumirlo . Lo trágico sería, en este caso , la constatación
exultante del sin-sentido.
Por lo general las manifestaciones del registro trágico
parecen estar reducidas a las formalizaciones convencionalmente consideradas
como literarias . Sin embargo, en tanto que
trama discursiva, es fácilmente
perceptible en formalizaciones genéricamente no-literarias. Tal es el caso de
las ciencias sociales, en las que , en muchas ocasiones , el registro
trágico ha servido y sirve para situar y
explicar-comprender estructuras y conflictos sociales y psico-sociales.
Robert Nisbet, en
su sugerente ensayo La sociología como forma de arte -- en el que estudia las relaciones entre el arte y la ciencia social -- afirma al respecto que " excepto en estilo y
formato, pocas diferencias pueden encontrarse entre las representaciones ( . .
. ) hechas por un Dickens o un Marx, un Zola o un Proudhon " [2] . Sin desvalorizar
en modo alguno las lúcidas intuiciones expuestas en este texto, lo que Nisbet
dice también sin darse muy bien cuenta es que las tramas que operan en las
obras de los autores citados tienen en común
precisamente el registro trágico. Un registro que sitúa grupos sociales enfrentados --
protagonistas y antagonistas sociales -- y que
esboza una deriva que sigue el curso canónico del <<
planteamiento-nudo-desenlace >> . Sí, ciertamente, desde este punto de
vista, pocas diferencias pueden encontrarse entre el dispositivo formal de la
novela y de la sociología decimonónicas.
Es también cierto, por otro lado, que las ciencias sociales se han ido
apartando a lo largo del siglo XX del monocorde registro trágico. Basta para
ello echar una ojeada a las producciones sociológicas de los años cincuenta y
sesenta. Sin embargo, en muchas de ellas subsiste un anhelo de sentido global y
totalizador que era justamente lo que otorgaba el registro trágico. Por ello
aunque dicho registro no se contemple en muchas ocasiones como supuesto teórico
, emerge una y otra vez de la forma más
insospechada.
Desde al ámbito literario, no obstante, el registro trágico ,tal como se ha descrito, comenzó a ponerse radicalmente en cuestión
desde principios del siglo XX. Obras como el Ulises de James Joyce, En busca del tiempo
perdido de Marcel Proust o El
hombre sin atributos del ya citado
Musil, abandonaron la clave trágica para
someterse a un registro múltiple con mas
o menos aciertos y más o menos aceptación. No hay más que acordarse de la furibunda reacción negativa de André
Gide ante la obra de Proust.
Esta nueva tradición , en algunos casos declaradamente
anti-trágica, se mantiene en la actualidad de la mano de autores como Peter
Handke o Paul Auster -- un autor de " novelas-que-se disuelven "[3]-- a pesar de los intentos de muchos escritores en favor
de recuperar la consoladora trama trágica . Siendo Peter Handke , desde este
punto de vista , uno de los representantes más
cualificados de esta corriente literaria, puede resultar interesante
llevar a cabo un breve análisis de su
obra , tomando como referencia su espíritu anti-trágico. Quizás así puedan
aparecer algunas sugerencias que permitan reflexionar en el contexto de las
ciencias sociales.
2.- La obra de Peter Handke
La obra narrativa del escritor austríaco Peter Handke[4] constituye , en su
conjunto, una renuncia deliberada al espíritu trágico. Una renuncia calculada
que utiliza varios procedimientos para
impedir el desarrollo de cualquier trama o intriga que incorpore
la tensión de lo trágico o que, en su caso, disuelva lo trágico sin un
enfrentamiento directo.
Dicha renuncia no es, por otro lado, una apuesta por el
mero formalismo literario o la manifestación extemporánea de los caprichos de
un enfant terrible . Es una renuncia conclusiva, fruto de una reflexión
sobre los modelos narrativos occidentales y sobre sus supuestos filosóficos. Es
una renuncia, en fin, a lo trágico como modo de representación y , por lo
tanto, como perspectiva de interpretación , y también una renuncia a lo trágico
como mediación de una catarsis purgativa o tonificante.
En la formalización de esta renuncia a lo trágico
sobresalen tres procedimientos, muy utilizados a lo largo de toda su obra.
a) Trago/edia
" Nosotros allí no beberemos del agua de la vida.
Allí no seremos curados. Allí no veremos ningún signo. Allí simplemente
habremos estado " [5]
El primer procedimiento
consiste en liberar la voz narrativa -- aéido -- de la piel -- trágos
-- que la presenta como necesariamente vinculada al registro trágico. Con este
recurso se descarga el dramatismo de los modelos narrativos convencionales, y,
particularmente el de la novela
decimonónica. Así, la abjuración del dispositivo del
<<planteamiento-nudo-desenlace>> , formula la posibilidad de la
construcción de una narrativa sin intriga, en la que no se establece una línea
de sentido predeterminada.
A esta abjuración , no le es ajena la reflexión teórica y
la práctica literaria y fílmica de manifestaciones artísticas recientes, como
el " nouveau roman" o la
" nouvelle vague"[6], que, como es conocido,
se esforzaron en desvincular la narración de la trama trágica.
La aspiración de Handke a llevar a cabo un " narrar
sin intriga "[7] queda muy bien
expresada en este apunte de su dietario Historia del lápiz ( 1982 ): " Una epopeya compuesta de haikus
[8] que, sin embargo,
no puedan reconocerse como piezas individuales; sin argumento, sin intriga, sin
dramatismo, y no obstante narrativa: no se me ocurre nada más sublime " [9] .
Incluso cuando Handke utiliza el modelo de <<novela
de formación>> , como ocurre en la tetralogía iniciada con Lento
regreso [10], lo hace guardando
una distancia suficiente. Una distancia que, articulada en varios puntos de
vista narrativos, hace saltar el dispositivo trágico y le impide caer en una
apología del yo , tan frecuente en este tipo de obras, apartándose así de
" la protegida conciencia burguesa con su placer en el recuerdo y su
egocentrismo reminiscente " [11] .
Por otro lado, dicha descarga no se propone dinamitar tales modelos, sino
liberar, como se ha dicho, la voz narrativa, apartándose de la confección
de lo que Josep Plá denominaba <<cuentos para adultos>>.
b) Koan
El segundo procedimiento de la renuncia a lo trágico
consiste en lo que podría considerarse como una singular aplicación del
principio del " koan ", utilizado preferentemente en la
práctica del Zen. Dicho principio
consiste en desviar la atención sobre una cuestión aparentemente importante
planteada de antemano, tomando una resolución insólita y sorprendente[13].
Este principio de desvío, de despiste, de cambio de
intensidad en el registro lingüístico,
muy evidente en obras como Lento regreso o El
chino del dolor [14] , es a menudo
utilizado por Handke, para evitar cualquier reconstrucción de una trama excesiva que
pueda derivar en intriga. El mismo Handke habla de ello
en varias ocasiones y particularmente
en una entrevista con Hervé Guibert, en la que afirma : " Cuando
creo en mi relato ese espacio que puede acoger la desviación, siento que estoy
en el buen camino . . . Es un descanso, porque el peso del discurso se
relaja" [15] . Relajación,
pues, ante la intensidad progresiva
generada por el propio impulso de la voz narrativa que tiende culturalmente a
estructurarse según el registro trágico.
Este procedimiento permite, además, quebrar
decididamente el envaramiento y la supuesta trascendentalidad que,
procedente del discurso histórico más convencional, pero también , a veces, solapadamente, emerge una y otra vez en las aproximaciones narrativas : "
Simplemente, salirse del cautiverio, de la cháchara sobre la Historia y la
actualidad en la que estamos atrapados todos nosotros, y dirigirse a un presente incomparablemente más
fecundo: << Mira, está nevando. Mira, allí hay unos niños que
juegan>>. ( El arte de desviarse; el arte como la desviación esencial)
"[16].
c) Epojé
" Aliviado, me limitaba a mirar, en un estado
paradisíaco en el que sólo quería mirar y en el que mirar era ya una forma de conocimiento" [17]
Un último procedimiento
anti-trágico consiste en atenerse
a la exigencia de la narración de lo concreto. Lo concreto, como tal, se presenta sin trama ni intriga, y , sin
embargo, es capaz de suscitar el impulso de la escritura. Dice Handke : "
En la medida en que se describe algo, se
da testimonio de la admiración. Ante los objetos próximos, lo que se ve y se
escucha, surge la admiración y el entusiasmo que pertenecen al ámbito de la emotividad. Lo que la suscita es
el árbol, el niño, el anciano, la gente, viajar en autobús, todo . . . A mi me
interesa sólo lo concreto y con lo concreto comienza el gran impulso a escribir
" [18].
La narración adopta así la forma de un tejido discursivo, muy próximo a lo
concreto, en el que la posibilidad de
sobredeterminaciones de sentido es muy
limitada por no decir prácticamente
imposible. No se pretende en esta práctica, por otro lado, ninguna modalidad de mímesis sino que
más bien se reconoce que da lugar a un
registro paralelo, autónomo y limitado.
Sin duda la utilización
de este último procedimiento está muy vinculada a la capacidad de
suspender toda representación previa de la realidad, en un a modo de epojé fenomenológica, para entrar en un estado de
" reposada atención" , apuntado ya por su maestro Goethe como una de
las tareas fundamentales de la vida : " El más grande estado del hombre es
el reposo, la reposada atención y ese poder aceptar y recibir y ver en el
percibir, por así decirlo, la epopeya -- aún cuando no haya ninguna guerra
" [19] .
3. - Un espíritu anti-trágico
Por medio de los
tres procedimientos descritos se libera a la voz narrativa de su estructuración
o reestructuración de carácter trágico, lo cual tiene, además, la virtualidad
de horadar formalmente, en su misma
exteriorización, cualquier codificación
filosófica que se sustente en el a
priori trágico.
Así, frente a la premisa filosófica que sitúa lo trágico
en la base de de un sentido apriorístico
de lo humano ( Aristóteles ) o que estima la condición trágica como la
tensión fundamental de lo humano ( Nietzsche ), surge la alternativa de una contemplación activa que puede
conllevar la recuperación del placer de
la acción.
Y frente a la pragmática de la purga o de la catarsis como
función de lo trágico ( Aristóteles ) , o frente al efecto tonificante que lo
trágico parece dispensar ( Nietzsche ) ,
emerge la asunción de lo real en cuanto que tal
sin necesidad de mediación alguna.
El efecto filosófico del dispositivo formal handkiano
señala la posibilidad de un tertium non-exclusum que se desdice de la dicotomía
sustancial que alimenta y retroalimenta
el espíritu trágico: o un sentido reconfortante y apriorístico o un sin-sentido
inaceptable y culposo.
Simultáneamente se evapora el esfuerzo pertinaz de la
Historia en pro de subsumir en un único sentido, aparentemente objetivo y
objetivizable, frecuentemente colectivo y colectivizante, cualquier género de
experiencia subjetiva, al calor de ese dios-en-la-tierra que es el Estado.
El sentido siempre está en la obra de Handke de este lado,
del lado de los mortales, surgiendo de la propia modulación de la vida y
apartándose tanto de las propuestas deterministas como de cualquier
manifestación de cínico nihilismo.
Por medio, en fin, de los procedimientos apuntados, se formaliza una práctica
anti-trágica , una praxis que puede permitir reflexionar sobre las líneas
maestras de una filosofía del futuro más allá del espíritu trágico.
4.- ¿ Sugerencias desde una narrativa anti-trágica?
¿ Constituyen los
procedimiento desarrollados por Handke alguna pista para apartar a las ciencias sociales de su
hipoteca trágica ?
El primer procedimiento, la liberación de la voz narrativa
del registro trágico, supondría para las ciencias sociales el esfuerzo por
construir una voz propia en el conjunto de los discursos sobre la realidad. Una
voz propia que , sin desdecirse de su
tradición, abandone sus pretensiones
totalizadoras en la medida en que estas supongan reactivaciones de la
trama trágica. Voz que ya se apuntó en
algunas obras como, por ejemplo, las que Maurice Halbwachs[20] dedicó a la memoria
colectiva , en las que se configura un
tratamiento especificamente sociológico sobre un tema ampliamente
discursivizado.
El segundo procedimiento,
el desvío de la atención sobre las cuestiones aparentemente más
importantes, supondría , a su vez, una mayor atención a los fenómenos
sociales que emergen colateralmente y que frecuentemente no se toman en consideración por estimarlos
irrelevantes o residuales en relación a supuestos macrosociológicos o
metasociológicos tan redivivantes en muchos autores contemporáneos. Tal fue la práctica que se puso de manifiesto, por ejemplo, en algunos
ensayos de Georg Simmel como el titulado " Puente y puerta " [21].
El último procedimiento, la exigencia de la narración de
lo concreto, supondría una apuesta por la descripción de lo
específico en relación a lo social. Una apuesta que implicaría la suspensión metodológica de todo
a priori teórico, a fin de dar cuenta rigurosa de lo que aparece . En este
sentido no podemos olvidar la obra de Alfred Schutz que, entre
otras muchas cuestiones , intentó
llevar a cabo una aproximación directa al mundo de la vida cotidiana[22].
¿ Serán , en fin, las ciencias sociales -- la sociología,
la psicología, la historia -- capaces de
asumir esta renuncia al registro trágico
a la hora de crear su discurso sobre las
realidades sociales ? La pregunta queda en el aire. Mientras tanto, la obra de
Peter Handke nos la recuerda una y otra
vez.
"Pasión por coleccionar; gusto por el orden ( incluso
junto a una mesa rectangular ) ; complacencia en el mero habitar; alegría de
aprender, redescubierta; placer de tener un cuerpo: de sus necesidades, incluso
sólo de sus actividades. Que no haya nada más que querer: ninguna desgracia. El
cumplimiento: nada sobrenatural. No apartar nada de nuestro pensamiento, pero
sin obstinación. La sensación de un permanente calorcillo en la cabeza: sin
pensamientos personales, sin aspirar a ninguna conclusión y sin que nadie nos
haya pensado de antemano -- con el aliento cortado ( << socorro >>
) , y luego, inspirando profundamente ( << ¿ a quien hay que estar
agradecido ? >> ) -- , sólo pensando con . " [23]
[1].- Cfr. v. g. BOURNEUF, R. - OUELLET, R. La novela , Ed.
Ariel, Barcelona, 1983.
[2].- NISBET, R. La sociología como forma de arte . Ed. Espasa
Calpe, Madrid, 1979, p. 91.
[3].- Cfr. v. g. AUSTER, P. La trilogía de Nueva York Ed. Anagrama , Madrid, 1996.
[4].- Peter Handke nació en Griffen ( Carintia ) en 1942, hijo de padre
alemán y madre eslovena. Entre 1961 y 1965 realizó estudios de Derecho en Graz
y en 1966 publicó Los avispones , un conjunto de relatos sobre su
infancia. Dedicado después a la creación teatral, se trasladó a Paris,
recibiendo en 1973 el prestigioso premio Georg Büchner. Tras la publicación de
obras como Carta breve para un largo adiós ( 1972 ) o La mujer zurda ( 1976 ) , en 1977 llevó a cabo un despacioso recorrido a
pie por
Austria. Posteriormente comenzó
la escritura de una tetralogía de formación
( iniciada con Lento regreso, 1979 ) que alternó con un
interesante dietario ( Historia del lápiz, 1982 ) . Durante la mayor
parte de los años ochenta residió en Salzburgo para , a partir de 1991, recalar
de nuevo en Paris. A esta época
pertenecen obras como Poema a la
duración ( 1986) , La tarde de un
escritor ( 1987) o el Ensayo sobre el cansancio ( 1989 ) , esta última escrita durante un
viaje a Andalucía. En 1996 publicó un reportaje sobre su viaje a la Yugoslavia
en guerra que suscitó una gran polémica.
[5].- HANDKE, P. La Ausencia
Ed. Alianza, Madrid, 1993, p. 73.
[6].- Handke ha manifestado la influencia del <<nouveau
roman>> y , particularmente, de Alain Robbe-Grillet, en su obra. Vid.
GOLDSCHMIDT, G.-A. Peter Handke,
Ed. du Seuil, Paris,1988,p.14.
[7].- GUIBERT, H. "
Entrevista a Peter Handke ", Sur Exprés, núm. 9 , Abril, 1988, p.
15.
[8].- El haiku es una
forma tradicional de la poesía japonesa. Para comprender mejor la propuesta de
Handke, vid., v. g. , HUICI URMENETA, V. " Una forma de la contemplación
(dos notas sobre el haiku )" , biTARTE , núm. 5 , Abril, 1995, pp.
109-116.
[9].- HANDKE, P. Historia del lápiz. Materiales sobre el presente
, Ed. Península, Madrid,1982, p. 51.
[10].- HANDKE, P. Lento regreso Ed. Alianza, Madrid, 1985; La doctrina del
Sainte-Victoire Ed. Alianza, Madrid,
1985 ;Historia de niños Ed.
Alianza, Madrid, 1986;Por los pueblos
Ed. Alianza, Madrid, 1986.
[11].- HANDKE, P. El peso del mundo ( dietario ), Ed. Laia,
Barcelona, 1984, p.94.
[12].- HANDKE, P. El peso. . . o.c. p. 286
[13].- Un koan clásico es
aquel en el que el maestro zen le pregunta al discípulo mientras
choca sus manos: " Si dos manos suenan así . . .¿ cómo suena una
mano ? " Al cabo de un tiempo el discípulo vuelve anonadado confesando su
incapacidad para encontrar la solución, a lo que el maestro, golpeándole con
una mano en el rostro, le responde : " Una mano suena así " . Sobre
esta cuestión, cfr. , v. g. , DESHIMARU,T. La práctica del Zen , Ed. Kairós, Barcelona, 1979 ; y SUZUKI, D.
T. - FROMM, E. Budismo zen y psicoanálisis , F. C. E. , Madrid, 1979 .
[14].- HANDKE, P. El chino del dolor
Ed. Alfaguara, Madrid,1988
[15].- GUIBERT, Idem
supra, p. 16.
[16].- HANDKE, P. Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save,
Moravia y Drina o Justicia para Serbia. Ed. Alianza, Madrid, 1996, p. 135.
[17].- HANDKE, P. Carta breve para un largo adiós Ed. Alianza, Madrid, 1976, pp. 32-33.
[18].- GARCIA-WETZLER, I. " Peter Handke , en la carretera " ,
El País , 3 de Septiembre de 1989, Libros, p. II .
[19].- HANDKE, P. Pero yo . .
. , p.42.
[20].- HALBWACHS, M. Les
Cadres Sociaux de la Mémoire, Ed.
Librairie Alcan, Paris , 1925 ; La mémoire collective ,Ed. P. U F. Paris,1950.
[21].- SIMMEL,G. El individuo y la libertad , Ed. Península, Barcelona, 1986.
[22].- SCHUTZ, A. Las estructuras del mundo de la vida ,
Amorrortu Ed. ,Buenos Aires, 1977.
[23].- HANDKE, P. Lento regreso , op.cit, pp. 51-52
Comments
Post a Comment